sábado, julio 29, 2006

De sonrisas y risas

TRES FOTOGRAFOS EXTRANJEROS EN SANTIAGO

Chema Madoz en el MAVI - 22 de Junio hasta el 20 de Agosto, 2006
Abelardo Morell en el MBA - 4 de julio hasta el 31 de agosto, 2006
Elliot Erwitt en el MBA - 16 de junio - 30 de julio, 2006 !! (mañana último día)


foto doifel videla, expo Chema Madoz en el MAVI

Hace dos domingos atrás, un perfecto día soleado de este clemente invierno, aire limpio y transparente, nos fuimos con Xiaoli a desayunar al centro. En la esquina de Merced con Monjitas tomamos unos fragantes capuchinos con algunos croissants (curiosamente algo salados) y pain au chocolat de Le Fournil. Mucha gente atestaba el pequeño local y desafortunadamente el invierno no era tan cálido como para tomarlo fuera. Con el mejor ánimo del mundo iniciamos nuestra exploración de ese barrio perfecto en día domingo.

Nuestra primera visita fue el MAVI, mi museo preferido, de talla humana, cálido, ordenado, creativo y siempre con exposiciones interesantes. Al cartel: Chema Madoz.

Yo solo había visto a Chema Madoz en una exposición colectiva en París, no imaginaba lo que iba a encontrar. ¡Una verdadera retrospectiva! Excelentemente bien montada, una "puesta en lugar" de muy buen criterio. En fin, una delicia que recorrimos con una sonrisa permanente en los labios, comunicándonos una y otra vez los detalles de su perspicacia.

Chema Madoz crea instalaciones destinadas a transformarse en fotografías. Coincidiendo en esto con el brasileño Vic Muniz. Son ideas, siempre ingeniosas, que elabora y construye con objetos materiales que no duda en inventar en base a asociacion de ideas. La primera sensación que saltó a mi mente fue René Magritte, algo de Man Ray, algo del humor ácido de Duchamp y los dadaístas. Chema Madoz ciertamente hubiera estado feliz en compañía de estos últimos, pues si bien lo podemos situar entre los surrealistas es con dadaístas, como Picabia o Raoul Hausman que lo siento más afín en su actitud humorística, que puede ser a veces tierna, como irónica.

Me quedé pensando en lo incongruente que se me hacía la fabricación de ideas con objetos tridimensionales materiales y llevados al plano a través del blanco y negro. Todo esto los hace como antiguaos, improbables, como la "fauna" fabricada del "Dr. Ameisenhaufen" (traducción: montón de hormigas) de Joan Fontcuberta, autor probablemente indispensable en la obra de Chema Madoz.

Ficción, ideas y un bien cultivado humor, fueron los ingredientes de esta maravillosa exposición que nos ofrece el MAVI por algunos días más, que nos dejo sonriendo por un buen rato.

De allí nos encaminamos a la catedral de nuestro arte: el Museo de Bellas Artes. Nuestra idea era visitar la exposición de Elliot Erwitt, que dicho sea de paso no ha contado jamás con mi entusiasmo, pero, conociendo la adoración por los perros de Xiaoli no dudé iba a ser de su total agrado. Sin embargo en el primer piso, nos encontramos a boca de jarro con una exposición inesperada: Abelardo Morell, del cual yo solo había visto, nuevamente, una sola imagen en una exposición colectiva en Colonia.

Hay muchas ideas e imágenes que se agolpan en mi cabeza cuando pienso en el trabajo de Morell, que dicho sea de paso no deja de evocarme el cuento de Bioy Casares: La invención de Morel y toda la erudición y fantasía de Borges, pues ciertamente me rememora el mundo borgeano. El fetichismo por los libros, los personajes saliendo de ellos para permutar de dimensión, como lo hace Abelardo Morell en su ensayo sobre "Alice in Wonderland", o con el "Book" llevado a la categoría de ciudadela, de casa fantasma o de pozo infinito. La yuxtaposición de las imágenes de un libro ilustrado, la contigüidad, el dialogo entre sus personajes, todo esto me hizo revivir mi vida dentro de los libros cuando era pequeño. ¿Acaso lograba distinguir a esa edad sus personajes de la vida "real"?

Esta exposición no es fácil y una vez más en blanco y negro lo cual la oscurece aún más en mi opinión. Pero tengan la certeza que es mucho y es una verdadera retrospectiva de Abelardo Morell, una exposición peso pesado. Llena de ideas, de referencias, de sensaciones, de opiniones que pasarán a muchos desapercibidas.



De todas las ideas expuestas por Morell solo tomaré la que me parece principal y para mi altamente significativa: la proyección de imágenes. Que es el fenómeno que nos permite ver y reproducir visualmente el mundo exterior. La imagen que, gracias a un dispositivo óptico, vuela por los aires para posarse, o no, sobre un objeto es algo que yo encuentro milagroso e incomprensible. Pues bien Morell lo encara de una manera muy especial, fotografiando espacios a oscuras —comedores, dormitorios, salas de espera— donde por efecto de "camera obscura" viene a proyectarse una imagen del exterior. Esa formula, para mi evoca el encuentro entre la realidad de nuestro imaginario y la realidad exterior, que se unen, por supuesto, en nuestro imaginario nutriéndose mutuamente, a veces devorándose.

Con estas dos exposiciones en mente bajamos a la sala Matta, donde con gran soporte publicitario se expone Eliott Erwitt. Recuerdo alguna vez haberlo puesto como ejemplo del típico fotógrafo simplón de mal gusto, que se cree divertido. Debo retractarme un poco de esta opinión. Ver lo mejor de Erwitt en una sola sala es reconfortante y llevó nuestras sonrisas precedentes hasta las risas, pues Erwitt es cómico, anecdótico y hasta chabacano, pero lo hace bien. Chico travieso, viejo con alma de niño, no lo sé, pero nos reímos un montón en la exposición de Erwitt que además está llena también de historia, de celebridades, de personajes históricos y de humoradas en las cuales los perros se roban la película. Una exposición para acabar del mejor humor posible, un domingo perfecto en el corazón de Santiago.


domingo, julio 16, 2006

Aficionados, profesionales y artistas

El nombre fotografía existe hace poco más de 170 años, cuando se adoptó la denominación propuesta por Sir John Herschel en su texto "Note on the art of Photography or The Application of the Chemical Rays of Light to the Purpose of Pictorial Representation," presentado a la Royal Society el 14 de marzo de 1839, en Londres.


foto doifel videla

Desde esa fecha mucha agua ha corrido bajo el río y miles de millones de "fotografías" han sido tomadas e impresas siguiendo los procedimientos descubierto por los pioneros: Daguerre, Niepce, Talbot, Herschel y al menos una docena de otros bastante menos conocidos para los cuales también existen evidencias, en distintas latitudes del globo, sobre su posible participación o autoría en el invento de la fijación de la imagen óptica proyectada.

Confusión cabe, en lo que respecta a su invención, pero mucha más confusión cabe en cuanto a la actitud que podemos adoptar frente a ella.

Una misma fotografía vista en un museo, en un periódico, en una publicidad o en un álbum familiar, tendrá distintas connotaciones para nosotros, simplemente porque nuestra "actitud" frente al canal que nos la presenta ya está está cargado de expectativas. Al museo iremos a ver "arte" y haremos todo lo posible por entender esta imagen como parte de tal contexto; en el periódico veremos imágenes con información válida para un promedio de vida de un día; en publicidad será de algunos segundos o algunos minutos si enganchamos con lo representado y se integra a nuestra lista de objetos del deseo; en el álbum familiar puede llegar a ser casi eterna, pasando de una generación a otra o terminar en el tacho de la basura, dependiendo del grado de continuidad que queramos dar a nuestros recuerdos.

¿Como distinguimos entonces el trabajo de profesionales, artistas y aficionados? Muy improbablemente será por las características intrínsecas de la "obra", sino más bien por el canal a través del cual nos lleguen y en menor medida siguiendo nuestra cultura fotográfica e intereses.

La fotografía se realiza entonces básicamente en el usuario, como una bala que encuentra un destinatario. No existe la fotografía para sí, solo existe en la mirada del destinatario (que puede ser el mismo autor), quien si bien es sumamente variable no deja por ello de ser algo predecible.

Por otra parte, la fotografía no solo consiste en generar fotos, sino también en tomarlas. La fotografía es ante todo una gran entretención. La enorme mayoría de las personas que posee una cámara fotográfica se divierte tomando fotos; fotos que quizás ni siquiera mirará. Como un niño que tira piedras, flechas o balas plásticas sin tener otra idea en mente que el acto de lanzar algo percutante contra un blanco improvisado. El reflejo del cazador que aún no muere en nosotros y que se expresa alegremente cuando apretamos el "disparador".

La industria de la fotografía, hasta antes de la irrupción de la cámara digital, reposaba sobre este último fenómeno. Ni los fotógrafos publicitarios, ni los fotoperiodistas, aún menos los artistas, contaban en el mercado de la foto. El pilar de la fotografía estaba constituida por los aficionados: cámaras, película, revelados e impresiones. Y en esa torta, películas, revelados e impresiones eran lo que daba el sustento básico a toda la industria de la fotografía en todas sus variables. Al respecto podríamos preguntarnos: ¿Que va a pasar con la fotografía ahora que se acaban las películas y los revelados y que las impresiones caen drásticamente? No lo sé. Pero lo intuyo. Simplemente unos van a morir y otros van a ocupar su lugar. La foto cada vez más pasará por los computadores, software e Internet, en lugar de pasar por los laboratorios. Lo que es seguro es que las ganas de cazar, de disparar y acertar al blanco, no van a desaparecer.

Para volver al tema, podemos decir que lo que finalmente prevalece en la diferencia entre aficionados, profesionales y artistas, es simplemente la actitud con la que enfrentan su actividad. El aficionado es alguien que se entretiene tirando piedritas al agua, logrando a veces hacer un numero notable de patitos en el agua casi por azar y que constituye la inmensa mayoría de los usuarios. El fotoperiodista es el que lleva sus instintos de cazador a un nivel pecuniario suficiente como para vivir de ello, no solo disparando, sino cobrando las piezas para venderlas lo mejor que pueda. El fotógrafo publicitario es quien diseña y fabrica imágenes a pedido, intentando agradar al cliente y mantenerse a la moda, sus imágenes son casi puramente formales y los contenidos más o menos explícitos. El artista finalmente, es el que eternamente intentará poner la guinda a la torta, haciendo de este medio algo más trascendental y decoroso que los instintos inconscientes y de supervivencia que animan a sus pares y aunque el dinero brille por su ausencia, nunca dejará de ser el bienvenido.

domingo, julio 09, 2006

¿El "Medio es el Mensaje" o El Mensaje es el Medio?

Muchos han oído la famosa frase de Marshal McLuhan que dice:

"El Medio es el Mensaje".


foto doifel videla

De ella me acordé hoy después de haber conversado el otro día con un fotógrafo sobre el estado de la fotografía chilena. Me fui y la frase se me vino a la mente y se me quedó pegada. Una frase que siempre tomamos como el mayor descubrimiento del mundo, del mundo de los medios por supuesto.

La frase significa que no importan mayormente los contenidos, porque de todos modos será el medio el que nos condicionará a su lógica interna. Es decir que si miramos televisión al final solo estaremos viendo tele, igual lo que veamos. Hay un excelente chiste de Mafalda al respecto.



Sin embargo, hoy en día, cuando los medios hacen parte de nuestro paisaje cultural en forma casi natural, es lícito preguntarse si son los medios los que están determinando los mensajes o más bien los mensajes (contenidos) los que están determinando los medios más óptimos para asegurar su flujo permanente.

La idea que se abrió paso en mi mente es que hoy son los contenidos quienes fabrican los medios en su carrera por ocupar trozos de mercado. Por ejemplo la pornografía, que es un negocio multimillonario, es el contenido que más fomentó el desarrollo de sistemas de compresión y bancos de imágenes en Internet (mucho antes que Corbis) y no solo eso, también lo hizo más tarde con el video. Sin ir más lejos, los mayores avances, desde los webcam en "tiempo real" hasta las imágenes interactivas, han sido todos productos masivos de la industria del sexo que después encontraron aplicaciones más "aceptables".

Podría seguir buscando ejemplos, como los email y Hotmail, la necesidad de conversar y MNS, la necesidad de encontrar información y Google, de ver en que lugar vivimos y Google Earth, la necesidad de cachurear e eBay, el ir a ojear libros y Amazon, etc. pero a lo que yo quiero es llegar a la fotografía.

La fotografía es un medio, que vehiculiza contenidos visuales codificados ópticamente. Como medio se integró a otros medios, como la prensa, el libro, el cine y ahora Internet. Sin embargo su integración no fue pasiva, más bien en todos ellos ha tenido una influencia decisiva, al punto de transformar (o trastornar) completamente esos medios. La fotografía de actualidades es la responsable del periódico moderno con sus portadas "a toda foto"; la fotografía documental prácticamente inventó la revista como medio, que ahora sigue especializándose y segmentándose pero mantiene la primacía de lo "fotográfico"; la fotografía de reproducción es responsable de la existencia de los libros de arte ilustrados (que de lo contrario no existirían) otorgando de paso al arte una connotación marcadamente visual; la fotografía hizo posible al cine y sigue influyendo al cine y al video arte; en el terreno comercial la fotografía es indisoluble al desarrollo del videoclip; la fotografía puesta en escena es la que ayudó a desarrollar la publicidad visual y los catálogos (y por ende la venta por catálogos); la fotografía de alquiler (pornografía y agencias de stock) es la que primero empujó Internet hacia el e-commerce, el manejo de imágenes en bases de datos y las páginas seguras (https) como un requerimiento para que todo tuviera sentido (comercial); y ahora son las fotos del simple usuario, las que exigen el desarrollo de sistemas interactivos para que la gente pueda participar y expresarse a nivel personal y comunitario. Flickr, que acumula cerca de 100 millones de imágenes y Fotolog que ya supera los 120 millones están ahí para demostrarlo:

¡El Mensaje es el Medio!

Todo esto a propósito de algo que discutí y que tiene relación con la fotografía digital. Si bien esta nació como una necesidad, ya que todo el entorno se estaba digitalizando, esto no significa que esta sea capaz de revolucionar las ideas. Es decir que no porque exista la fotografía digital que los contenidos van a cambiar, un ejemplo de ello es el sitio zonezero.com donde la mayoría de los contenidos representan una visión de las ideas de los años 60 y 70. Ahí están todos los clichés típicos de la fotografía documental, neocolonial, paternalista y occidental de "izquierdas". Desde luego hay excepciones y bastantes, pero son más bien la excepción que confirma la regla. Esto e innumerables otros ejemplos de Internet, nos muestran que el medio digital por si solo no es capaz de generar automáticamente nuevos contenidos.

Se preguntarán ahora ¿Y a que viene toda esta reflexión?. Y bueno, esta reflexión simplemente apunta al hecho que hoy no es el estudio de los medios —fotografía análoga o digital, pintura, diseño gráfico, ilustración, periódicos, radio, televisión, Internet, etc.— lo que debiera concitar nuestro mayor interés, sino el estudio de los lenguajes, de los significados y de los propósitos. Aquí es donde las diferencias entre "medios" diferentes, se hace irrelevante para dar paso a una verdadera discusión de valores y actitudes.

miércoles, julio 05, 2006

Doifel en revista f8

Esta es una invitación para que vean como quedó una selección de "interudios" en la revista f8, con un texto reducido del texto completo que irá en el libro.

REVISTA F8

martes, julio 04, 2006

Deconstructing Robert Frank, según Jno Cook

No, no crean que voy a aportillar a Robert, que es uno de mis fotógrafos preferidos; un mero mero que se las jugó siempre hasta las últimas. Pero encontré un trabajo de investigación bastante curioso; una curiosidad, eso es. El autor, un norteamericano, por lo que escribe lo sospecho de origen belga del lado neerlandés.


Bélgica es algo así como el epicentro del cómic en Europa, un pequeño país capaz de generar una producción oversized. El pasado — y presente— surrealista de la Bélgique ayuda bastante a este fenómeno. Bueno el asunto es que este belga radicado o transportado a los EEUU, se ocupa de Robert Frank e intenta desarrollar una teoría sobre su primer libro, el famoso The Americans. Su idea es que se trata simplemente de la visión de un extranjero en tierras hostiles (Robert Frank era suizo), no de la visión social que se le achaca. En otros términos, una visión más interior que exterior.



Nuestro belga no se queda allí, pasa años tratando de responder la opinión de un crítico norteamericano llamado Brumfield en la conocida revista Afterimage. A ese propósito se dedica a traducir el primer ejemplar de The Americans, aquel que en EEUU fue rechazado y que terminó por ser publicado por Robert Delpire en París en 1958. Un grupo de amigos le ayuda a traducirlo, junto a su madre que primero lo pasa al neerlandés y de allí al inglés (de allí mis sospechas de su belgicidad, ese pequeño país bilingüe por fatalidad).

Después de algunos intentos, que podrán leer en su texto, nuestro belga, cuyo nombre parecería ser Jno Cook, termina con un producto que se aleja de su intento por demostrar lo indemostrable, pero bastante más interesante. Jno rehace el libro de Frank trazando todas las imágenes, transformándolo en nada menos que un cómic, al más puro estilo belga.

Por favor, visiten las tres páginas de Jno Cook que constituyen este trabajo titulado "Robert Frank Coloring Book" y si tienen un ejemplar de The Americans tanto mejor. En su defecto visiten ese link para familiarizarse con las imágenes del buen Robert en su obra magna: The Americans.



* Leí, después de escrito este post, que el autor es holandés o sea vecino a los neerlandeses de Bélgica.