lunes, junio 12, 2006

doifel.com - Introducción, parte I

Esta es la mitad de la "Introducción" que escribí en mi sitio "doifel.com", texto que reconozco es un poquitín largo. Como en este momento estoy trabajando en la versión 3.0 del sitio, aprovecho para sacar afuera algunas ideas que probablemente van a desaparecer con el cambio. En otro post pondré la segunda parte, en la cual me refiero al sentido de mi trabajo, que obviamente ha ido evolucionando y lo hará con mayor razón ahora que decidí regresar a Chile y que me encuentro en un nuevo contexto. La primera versión de este sitio, creada en el año 2000, aún se puede encontrar en la dirección: versión 1.x.

Una imagen de la serie Disgregaciones

"Vivimos en un mundo ilusionista donde la fotografía juega un rol protagónico. Sin proponernoslo, nuestra noción de "realidad" se deforma progresivamente gracias al consumo permanente de imágenes ópticas. Imágenes –que por su naturaleza misma– constituyen una experiencia alejada de la "realidad" como experiencia de vida.

La fotografía descontextualiza el proceso continuo de la realidad eliminando el factor tiempo, imponiéndonos simultáneamente una visión voyerista al desligarnos de cualquier responsabilidad por lo que estamos "viendo". La experiencia, al contemplar una fotografía, es la de alguien mirando el mundo por la cerradura de una puerta que lo protege, hace invisible y a quien su seguridad le es garantizada automáticamente.

La conciencia de que lo que vemos pertenece al pasado, la improbabilidad de que la fracción de segundo registrada vuelva a repetirse en el futuro y la imposibilidad de conocer las consecuencias a posterior, aumentan nuestro final desapego por lo que estamos observando. El resultado es la adquisición de una actitud de insensibilidad respecto a toda experiencia que pueda ser reducida a la dimensión visual. La tendencia sostenida de la sociedad a centrarse en las meras apariencias de la realidad podría en parte ser el resultado de 160 años de convivencia con las imágenes ópticas y sus excesos, resultando en la percepción de la sociedad como un aburrido escenario.

En este contexto poco importa el contenido de la imagen, sino la actitud que induce en nosotros. La fotografía no solo nos transforma en simples testigos por procuración, lo definitivo es que nos obliga de manera inconsciente a hacernos cómplices de la actitud del fotógrafo, a asumir su postura sin posibilidad de elección."

domingo, junio 04, 2006

Fotografía, la muerte de un mito

Algo extraño está sucediendo con la fotografía. Mientras más gente hace fotos, menos visibilidad esta tiene. Es decir, el medio fotográfico hoy en día es algo tan banal como hablar por teléfono. Lo que necesitamos para hacer fotos, no va más allá del mismo teléfono celular. Si queremos que una foto nuestra sea publicada, basta con subirla a Internet: Flikr, Fotolog, Photoblog etc. e iniciar una pequeña campaña de relaciones públicas para que la gente la vea.


foto doifel videla, "get active"

Walter Benjamin decía que la fotografía había hecho perder el "aura" a la imagen, por efecto de la reproductibilidad que no solo la alejaba del "original" sino que la ponía al alcance del público, ya que todo el mundo podía llegar a tener una copia de ella. Desde luego que esto no era más que teoría, ya que Walter Benjamin vivía en un mundo de objetos y estaba comparando un objeto único —la pintura— con un objeto múltiple —la foto—. No pasaron muchos años antes de que nos diéramos cuenta que múltiple, en el mundo atómico-molecular, no era sinónimo de infinito. La extrapolación de Walter Benjamin era simplemente imposible tratándose de objetos.

A tal punto estos objetos eran realmente limitados en número, que hoy en día descubrimos que esos objetos eran ... únicos. Que hayan sido uno, diez o cien, los hace casi únicos. La diferencia por tanto, a ese nivel, entre pintura y fotografía era más cuantitativa que cualitativa. Esto sin considerar que el negativo siempre fue único y sigue siéndolo.

El hecho que ahora podamos visualizar (y copiar) imágenes fotográficas en nuestra pantalla, a costo cero, espera casi cero, en cualquier momento y desde cualquier lugar (donde haya o llevemos un computador), si significa un verdadero cambio cualitativo.

Lo que ayer fue un cambio en la organización del trabajo, hoy es una revolución, porque pasamos del átomo al electrón.

Este cambio de "frecuencia", de niveles energéticos, de materia por impulsos eléctricos, no solo está haciendo perder el "aura" a la foto, sino también está destruyendo el mito ancestral, que parte del establishment fotográfico intenta conservar para su propia sobrevida, que la fotografía era un acto de alquimia mayor. Con el cambio al soporte digital la banalización de la fotografía es un hecho. Ya no más esperas, ni invocaciones para que las fotos, por intervención divina, salgan bien. Ya no más mantras para que el revelado no nos dé sorpresas. No más manos agitándose sobre un papel bañado en luz para regular indomables contrastes. Ahora sacamos la foto y vemos el resultado, expresado en infalibles números. La magia , los ritos y los ruegos se han ido para siempre.

Las consecuencias no solo son prácticas, sino de significados. Esto va a modificar nuestra manera de valorar la foto y de hacer fotos. Antes existían las fotos, porque ya lograr una foto correctamente expuesta, bien compuesta y publicada era un logro. Hoy en día eso lo puede hacer casi cualquier persona, por lo tanto es invisible. No es nada. Como que ahora todos andamos con zapatos, encendemos la luz con un interruptor y hablamos a distancia (bueno, no todos).

De manera que la fotografía, será ejercida por otros profesionales, periodistas, publicistas, diseñadores gráficos, pornógrafos. No será necesario "ser fotógrafo" para usar ésta de manera intensiva, como no es necesario ser escritor para usar la escritura. La fotografía es un medio, que hoy llega a tal simplicidad que permite a cualquiera usarla. Los jóvenes son los primeros en ejercer este nuevo medio, con la misma soltura que sus padres y abuelos usaron la pluma o la máquina de escribir. Poco a poco su ortografía y gramática irá mejorando, tal como ya lo observamos en países que usan hace años la foto de manera masiva. Imágenes que hace 30 años hubieran sido excepcionales, hoy son "normales" y las hace cualquiera con un poquito de dedicación.

Por otra parte la fotografía como tal, desde el advenimiento de la fotografía digital, se desplazará a otro tipo de imágenes. Algo que no pueda hacer el vulgo, sino algo que se eleve, se ponga más allá de las posibilidades de cualquier persona común y corriente, cuyo verdadero valor agregado estará dado en términos de ideas, de conceptos, en capacidad para integrar información compleja y fecunda. La fotografía como tal solo será ejercida por los artistas. Como la pintura.

La creatividad de la nueva fotografía no se expresará en el dominio del medium —ahora incorpóreo— sino en la actitud y las ideas.